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Como ya hemos avanzado en otras entradas, la degradación que sufren los metales en contacto con otros elementos ambientales recibe el nombre de corrosión galvánica, un fenómeno que aumenta en el material menos noble (ánodo) y disminuye en el metal más noble (cátodo). Pero ¿qué factores pueden agravarla y cómo reducir los daños? Nuestros especialistas en ánodos de magnesio te lo cuentan. 

Generalmente y como hemos avanzado en otras entradas, los ánodos de magnesio son elementos que se utilizan para proteger estructuras metálicas susceptibles de desgaste por encontrarse instaladas en contacto permanente con la humedad y el agua. Un buen ejemplo son los termos eléctricos, en los que se introducen varillas de magnesio para alargar su vida útil

Los ánodos de magnesio, conocidos popularmente como ánodos de sacrificio, son el elemento clave para la protección catódica de equipos como los que producen agua caliente sanitaria (ACS) mediante resistencias eléctricas (termos eléctricos). Pero ¿cómo ayudan a ampliar su vida útil y mejorar su rendimiento en función de su ubicación? Te lo contamos en las siguientes líneas. ¡Toma nota!

Los ánodos de magnesio son solo una de las numerosas soluciones que se instalan sobre estructuras metálicas que están en contacto permanente con la humedad y el agua, deteriorándose aquellos en favor de estas. Pero si queremos contar con una adecuada protección catódica, es importante determinar la resistencia a la corrosión de las diferentes superficies a proteger. ¿De qué sistemas de evaluación estamos hablando?

La degradación que sufren los metales al interactuar con otros elementos del ambiente que los rodea recibe el nombre de corrosión galvánica. Para evitarla, se utilizan diferentes fórmulas de protección, como los ánodos de magnesio. Pero, ¿qué elementos intervienen en el proceso de corrosión galvánica y cómo puede reducirse?  

Seguro que ya has oído hablar de los ánodos de magnesio (también conocidos como ánodos de sacrificio o de protección catódica). Estos elementos se acoplan a las estructuras metálicas que, en contacto permanente con la humedad y el agua, se deterioran en favor de estas. Y es que los ánodos de protección son una solución de amplio espectro que evita el desgaste de las piezas tanto en entornos industriales (para buques o estructuras pesqueras) como domésticos (calderas, termos, calentadores…)

Y del mismo modo que en otras entradas hemos estudiado cómo funcionan los ánodos como protectores de estructuras pesadas como es el casco de un buque, para el que se suelen utilizar aleaciones de zinc y aluminio, en esta ocasión vamos a detallar cómo trabajan los ánodos de magnesio en los termos eléctricos.

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