Seguro que ya has oído hablar de los ánodos de magnesio (también conocidos como ánodos de sacrificio o de protección catódica). Estos elementos se acoplan a las estructuras metálicas que, en contacto permanente con la humedad y el agua, se deterioran en favor de estas. Y es que los ánodos de protección son una solución de amplio espectro que evita el desgaste de las piezas tanto en entornos industriales (para buques o estructuras pesqueras) como domésticos (calderas, termos, calentadores…)
Y del mismo modo que en otras entradas hemos estudiado cómo funcionan los ánodos como protectores de estructuras pesadas como es el casco de un buque, para el que se suelen utilizar aleaciones de zinc y aluminio, en esta ocasión vamos a detallar cómo trabajan los ánodos de magnesio en los termos eléctricos.