Que los ánodos de protección catódica son una herramienta fundamental para combatir la corrosión en estructuras metálicas, es indiscutible. Sin embargo, existen muchos mitos y conceptos erróneos sobre su funcionamiento y eficacia.
En este post, queremos desmentir 5 de los mitos más comunes sobre los ánodos de protección catódica.
1. Los ánodos de protección catódica solo funcionan en estructuras enterradas
Realidad: si bien los ánodos de protección catódica son comúnmente utilizados en estructuras enterradas, como tuberías y tanques de almacenamiento, también son efectivos en estructuras expuestas al aire libre, como puentes, muelles y plataformas marinas. La clave está en seleccionar el tipo de ánodo adecuado para el entorno específico.
2. La instalación de ánodos de protección catódica es un proceso complejo y costoso
Realidad: instalar ánodos de protección catódica puede ser relativamente simple y económico, comparado con los costes de reparación o reemplazo de estructuras corroídas. Además, el mantenimiento de los ánodos es mínimo y su vida útil puede ser de varias décadas.
3. Los ánodos de protección catódica dañan el medio ambiente
Realidad: los ánodos de protección catódica son una tecnología ambientalmente amigable. No emiten ningún contaminante y no tienen ningún impacto negativo en el suelo o el agua circundante. De hecho, al proteger las estructuras metálicas de la corrosión, los ánodos de protección catódica pueden ayudar a prevenir derrames y fugas de materiales peligrosos.
4. Los ánodos de protección catódica solo son efectivos para prevenir la corrosión causada por la electrólisis
Realidad: los ánodos de protección catódica son efectivos para prevenir todo tipo de corrosión electroquímica, incluyendo la corrosión por picaduras, la corrosión por galvanismo y la corrosión por desgarramiento.
5. No es necesario monitorear los ánodos de protección catódica una vez instalados
Realidad: si bien los ánodos de protección catódica no necesitan, relativamente, mantenimiento, es importante monitorearlos periódicamente para asegurarse de que están funcionando correctamente. Un control regular puede ayudar a identificar y corregir problemas potenciales antes de que causen daños a la estructura protegida.
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